La república libro primero. Análisis y resumen.

     Platon es considerado uno de los filósofos griegos mas influyentes de la historia, muchos lo consideran el padre de la democracia, este hizo muchísimos aportes a la ciencia y a la filosofía. Entre sus diversas obras destaca La República una de sus obras mas celebres en donde el tema central es una profunda reflexión sobre la justicia sobre a través de diálogos con intelectuales de la época. Esto conduce al autor ateniense a acometer la organización de una hipotética ciudad-estado ideal. 


En las siguientes paginas realizaremos un resumen y análisis exhaustivo acerca de su obra mas celebre, La República. Analizaremos sus personajes, pensamientos, filosofía, impacto en la sociedad y la cultura tanto griega como contemporánea y que tan reflejada esta la sociedad en estos diálogos. También tomaremos en cuenta la opinión de otros autores y enriqueceremos las ideas de Platón a través del parafraseo, sin mas que decir empecemos.

Libro primero:

En el primer libro Platón muestra diálogos que Sócrates tuvo en Grecia en donde el tema principal fue la justicia, en el cual buscan un concepto de único para esta. La historia comienza en Pireo (puerto de Atenas) mas específicamente en la casa de Céfalo. Sócrates y Glaucón se estaban retirando de dicho lugar, sin embargo Polemarco, hijo de Céfalo, logro convencerlos de que se quedaran para dialogar con una tribuna de ancianos.

El primer tema que se toco fue el por que los ancianos se quejan tanto de sus vida, según Céfalo en esta etapa de la vida, las personas mayores empiezan a recordar con mucho sentimentalismo su pasado, recuerdan sus vivencias, los placeres del amor, de la mesa y todos los demás de esta naturaleza que disfrutan en su juventud. Se afligen de esta perdida, como si fuera la  perdida de los mas grandes bienes. La vida entonces era dichosa, dicen ellos, mientras que la presente no merece ni el nombre de vida. Algunos se quejan ademas de los ultrajes a que les expone la vejez a causa de los demás. En fin, hablan solo de ella acusándola de mil males. 

Céfalo se distingue de todos ellos al citar a Sófocles quien dice que está alegre de no ser joven, ya que así se libera de toda la tensión de los deseos; se libera y se siente una gran calma a esa edad, algo que también es beneficioso. En base a la conversación que tuvo con el poeta Sófocles, la vejez en efecto es un estado de reposo y de libertad respecto de los sentidos. En cuanto a las lamentaciones de los ancianos de que hablo, y de los malos tratamientos de los cuales se quejan, hacen muy mal Sócrates en achacarlos a su ancianidad, cuando la causa es su carácter. Con costumbres suaves y convenientes la vejez es soportable. Pero con un carácter opuesto, lo mismo la vejez que la juventud son desgracias. 

A todo esto Sócrates respondió a que las lamentaciones de los ancianos más que el carácter es debido a las pocas riquezas que estos poseen por que según el los ricos; pueden procurarse gran alivio. A lo que Céfalo respondió citando una conversación que tuvo Temístocles con  un habitante de Sérifa que le echaba en cara que su reputación se la debía a la ciudad que había nacido, más que a su merito: a lo que Temístocles respondió que es cierto, si el hubiera nacido en Sérifa no seria conocido, pero ella no lo seria aunque hubiese nacido en Atenas. La misma observación puede hacerse en los ancianos poco ricos y de mal carácter, diciendo que la pobreza haría la vejez insoportable hasta al sabio mismo, pero que sin la sabiduría nunca la riquezas la harían mas dulce.

A todo Céfalo le pregunta a Socrates si todas sus riquezas vienen de sus antepasados, a lo que Socrates respondió que si. Por lo que Céfalo dijo haber notado que Socrates no tenia mucho apego a las riquezas y da una explicación a esto, según Céfalo esto es debido a que simplemente la heredo, cuando una persona nace en la pobreza y logra salir de ella creando así una fortuna, esta persona en la vejez y en la vida en general sera mas feliz ya que esto seria un logro el cual obtuvo con mucho esfuerzo, estos se encariñan con su dinero así como un padre se enorgullece de sus hijos o como un poeta ama sus versos.

Socrates contesto a esto dándole la razón a Céfalo y le hace la siguiente pregunta, ¿Cuál es, a tu parecer, la ventaja que las riquezas procuran?. A lo que Céfalo da un respuesta bastante interesante de la que hablaremos mas adelante. Céfalo responde que cuando el hombre se aproxima al termino de la vida, tiene temores e inquietudes sobre cosas que en su pasado no significaban nada, no le daban ningún cuidado. Entonces se presenta al espíritu lo que se cuenta del infiernos y los suplicios, que estarán allí preparados para los malos. Se comienza a temer que estos discursos hasta entonces tenidos por fábulas, sean otras tantas verdades , ya sea que esta proceda de la debilidad de la edad, o que se ve con mas claridad a causa de su proximidad. Lo cierto es que uno esta lleno de inquietudes y de terror. Se recuerdan todas las acciones de la vida para ver si ha causado daño a alguien. El que, al examinar su conducta, la encuentra llena de injusticias, tiembla y se deja llevar por la desesperación. Pero el que no tiene ningún remordimiento ve sin cesar en pos de si una dulce esperanza, que sirve de nodriza a su ancianidad. 

Terminado ya esto Céfalo toco el tema de la justicia, sin embargo abandono la conversación debido a iba concluir su sacrificio, dejando en su lugar a Polemarco y a continuación se presentan una de las discusiones mas épicas acerca de la justicia, la cuales son una parte fundamental del libro y es en donde gira el mismo.

Bueno Polemarco lo que hace en toda la platica es defender la postura de su padre, Simónides, el cual decía que la justicia es darle a todos lo que se le debe. A esto Sócrates contesta con una holeada de preguntas y a través de la retorica logra persuadir a Polemarco y darse cuenta de su error. Entre o que mas destaca: ¨Si una persona en su sano juicio nos confiara sus armas y luego que pierde el juicio quiere que se las devolvamos. ¿Las deberíamos regresar? Si no lo hacemos, incurrimos en injusticia, y si se las devolvemos, podríamos correr peligro. ¿Qué hacer?¨ aquí Sócrates muestra una lo incoherente que era la definición de justicia que daba Polemarco ya que este concepto queda solo en el pagar deudas.

Por lo tanto, el argumento de Simónides presenta un concepto un tanto ambiguo de la justicia, ya que antes de dar, hay que inspeccionar bien lo que se quiere dar a la persona; en este caso, si es amigo o enemigo. 

Pero Sócrates plantea una serie de interrogantes las cuales son contestadas por Polemarco:


¿Que da el arte de la medicina y a quienes? Remedios, alimentos y bebidas al cuerpo.

¿Y el arte culinario? Sazona y condimenta los banquetes.

¿Y la justicia? Beneficio a los amigos y daño a los enemigos.

Luego quienes pueden hacer tales actos:

¿Y en caso de enfermedad quien da el bien a los amigos y el mal a los enemigos? El medico. 

¿Y a los marinos en cuanto al mar? El piloto de la nave.

¿Y el hombre justo? En caso de los enemigos la guerra y en el caso de los amigos la alianza.

Sin embargo, Sócrates advierte a Polemarco:

Pero el médico no reporta ningún beneficio al hombre sano.

El piloto no puede reportar ningún beneficio al hombre que no está en el mar.

Y así, la justicia no reporta ningún bien en tiempos de paz.

Pero Polemarco no comparte ésta última premisa de Sócrates. Luego Sócrates pregunta ¿Tu piensas

que se debe necesitar justicia en periodos de paz y de guerra? Polemarco responde afirmativamente y Sócrates formula más preguntas.

Así como la justicia es útil en tiempos de guerra y paz ¿es útil la agricultura para la adquisición de semillas? Si.

¿Y el zapatero para la adquisición del calzado? Sí.

Entonces ¿Para qué será útil la justicia en tiempos de paz? Para celebrar los contratos.

A consecuencia de esta respuesta, Sócrates formula preguntas referente al hombre justo y su utilidad.


¿Quién ha de ser más eficaz en un juego de fichas? ¿Un hombre justo? ¿o un experto en el juego? El segundo.

¿Y para construir una casa? ¿sera mejor un hombre justo o un albañil? El segundo.

Entonces ¿en donde es útil el hombre justo? En asuntos relacionados con el dinero.

Sócrates llega a un acuerdo con Polemarco con respecto a que el hombre justo solo podría servir para conservar el dinero. No para el uso del dinero, ya que un experto en asuntos como caballos o zapatos, podría guiar mejor a una persona a la hora de utilizar el dinero en la compra de un objeto. Por lo tanto, la justicia resulta útil cuando no se usa e inútil cuando se usa.

Así, la justicia no nos sería de mayor relevancia debido a su vinculación con lo inútil. Sin embargo Sócrates postula nuevas preguntas y Polemarco es quien responde:


Quién sea diestro en dar golpes ¿lo es también para defenderse? Sí.

Quien previene una enfermedad ¿también la puede inocular? Sí.

Quién es guardián ¿puede también robar los planes y estrategias del enemigo? Sí.

Sócrates nos dice que así, si el hombre justo es quien puede ser diestro conservando el dinero, también puede ser diestro robandolo. De este modo, el hombre justo se presenta como un ladrón.


Esto, naturalmente, confunde a Polemarco quien reconoce estarlo, pero sigue insistiendo que la justicia consiste en hacer bien a los amigos y mala a los enemigos. Sócrates sigue con las preguntas y Polemarco responde:

Cuando tu dices amigos y enemigos ¿te refieres a los que parecen y son en verdad buenos y malos amigos? Es lo más natural.

Sócrates advierte que muchas personas se hacen pasar por amigos cuando en realidad son enemigos. 

Para las personas que confunden a sus amigos con enemigos ¿favorecen a sus enemigos y hacen mal a sus amigos? Sí. 

Entonces ¿Para ellos es justo favorecer a los enemigos y dañar a los amigos? Eso parece.

Pero Sócrates dice que los buenos son incapaces de faltar a la justicia. Si esto se acepta, estaríamos diciendo que debiéramos castigar a quien no ha incurrido en alguna injusticia porque siguen pensando que estos enemigos, son en realidad amigos.


Al no poder resolver esto, Polemarco pide cambiar los conceptos y decir que quien es amigo, es quien parece y además lo es. Y el que parece serlo, pero en verdad no lo es, es solo amigo en apariencia. Lo mismo debe ser considerado con los enemigos.

A todo esto ya para finalizar esta discusión Sócrates Se comienza el capítulo con las preguntas de Sócrates y las respuestas de Polemarco:

¿Es bueno que el hombre justo haga mal a quien quiera que sea? Sí.

Cuando se golpea a un caballo ¿éste mejora o empeora? Empeora.

¿Los hombres malos se vuelven mejores cuando se les daña? No, eso no es correcto.

Sócrates concluye aquí que el hombre injusto se volverá más injusto si se le daña.

Los músicos por su arte ¿pueden volverse insensibles a la música? No.

Los Jinetes ¿pueden volverse torpes para la equitación? No.

Los hombres justos ¿pueden volver injusto a alguien por medio de la justicia? No.

Así, es obra del justo no cometer daño ni injusticia a nadie, ya que esto le corresponde a su contrario, el hombre injusto. Entonces, el dicho de Simónides quedaría eclipsado debido a que la justicia no puede consistir en dañar a alguien.

Simónides: Es justo retornar a cada uno lo que se le debe (Sea daño en el caso del enemigo o beneficio en el caso del amigo).

Sócrates  : La justicia solo puede dar justicia.

                                                                    Capitulo X.

En los primeros nueve capítulos encontramos un debate sobre la ancianidad y la justicia muy interesante, vimos a tres importantes e interesantes personajes dar su opinión, primero al filosofo y político Céfalo el cual era un hombre bastante sabio y muy abierto a escuchar a los demás, luego encontramos al gran Sócrates, uno de los filósofos mas influyentes de la historia al cual vemos le gusta hacer pregunta a los demás para llegar a una conclusión verídica, este no se basa en contradecir si no en usar lógica del oponente, si esta es débil caerá por si sola, si es fuerte se mantendrá como vimos en el caso de Céfalo, donde se mantuvo, y el caso de Polemarco, en donde cayó. Recordemos este método de discutir ya  que en este capítulo sera muy relevante analizar este modelo de debate, ya que discutir con personas impulsivas que creen saberlo todo y hacen de sus opiniones su identidad personal. Esto lo veremos con Trasímaco, este profesor estaba escuchando la charla que tenia Sócrates con Polemarco, interrumpiendo a cada momento solo que los demás lo callaban para que esta lograra concluir.

Trasímaco que pareciera estar con mucho enfado por el modo que Sócrates pregunta y refuta ciertos argumentos, lo desafía a sostener una conversación sobre la justicia. Quien gane obtendrá dinero del otro. Sócrates al confesar que no dispone de dinero, inmediatamente los que estaban con él se ofrecieron para pagarle en caso de que pudiera perder en la discusión. Se comienza con la primera premisa impuesta por Trasímaco: ''Lo justo es lo que conviene al más fuerte''. El argumento de Trasímaco para decir esto, es que cada ciudad se rige por un sistema de gobierno. Unos por la tiranía, otros por la democracia y otros por la aristocracia, y que cada uno ejerce el poder según el elemento que sobre salga más. Por eso, cada gobernante ejerce su poder sobre los gobernados de manera justa, ya que así se establece en cada gobierno.

Sócrates acepta esto no sin un cierto rasgo de reticencia. De todas formas, Sócrates propone analizarlo más en profundidad.

Sócrates comienza a realizar sus preguntas y Trasímaco las contesta:


¿Consiste lo justo en obedecer a los gobernantes? Sí.
¿Son los gobernantes infalibles o bien pueden cometer errores? Pueden cometerlos.
¿Los gobernantes promulgan las leyes correctamente o bien pueden hacerlo incorrectamente? Pueden hacerlo incorrectamente.
¿Establecer bien las leyes corresponde a sus propios intereses y establecerlas mal está en contra de sus intereses? Cierto.
¿Y lo que haya quedado establecido tendrá que ser acatado por los gobernados? Si. 
Por lo tanto, Sócrates advierte que Trasímaco afirma que el gobernante hace lo que es de su interés y también lo que no es de su interés. A causa de esto, Trasímaco se ve envuelto en una contradicción puesto que él mismo había dicho que era justo que los gobernados obedecieran a los gobernantes, pero si el gobernante promulga mal las leyes, los gobernados harían lo que no es beneficioso para él gobernante, es decir, para el más fuerte.


 
                                                                  Capítulo XIV:
                                                             Sócrates-Trasímaco



Comienza la defensa de Trasímaco en contra del argumento de Sócrates. 
Yo no puedo llamar fuerte o gobernante a quien se engaña a sí mismo en el momento de promulgar leyes. 
Sócrates dice que así lo había establecido Trasímaco, puesto que el gobernante es el más fuerte. pero de todas maneras, Trasímaco trata de refutar:
No se puede llamar médico a la persona que se equivoca en relación con los enfermos.
No se puede llamar matemático al hombre que se equivoca a la hora de hacer ejercicios.
No se puede llamar gramático a quien se equivoca en sus ejercicios.
No se puede llamar gobernante a quien se engaña a si mismo promulgando leyes.
Quien no se equivoca en su arte, puede ser llamado de tal título, pero quien no, no.



                                                                    Capítulo XV:
                                                Refutación del argumento de Trasímaco


Sócrates pide amablemente a Trasímaco que establezca la distinción entre el título de una persona; en este caso, el gobernante y el más fuerte. Sócrates ahora intentará refutar a Trasímaco:
¿Se ocupa el médico de la adquisición de riquezas o del cuidado de los enfermos? De curar a los enfermos.
¿El marinero gobierna a los demás marineros o él mismo es marinero? Gobierna a los marineros.
En el caso de los marineros, el piloto de la nave es llamado así porque gobierna a los marineros. No por el hecho de navegar, sino por su arte y el control que tiene sobre ellos.
¿Poseen cada uno de ellos algo de interés y propia conveniencia? En efecto.
¿No es el arte algo que es de su propio interés y conveniencia? También.
¿Existe en el arte otra conveniencia? 
Trasímaco contesta a la ultima pregunta un poco confuso y Sócrates explica a Trasímaco que hay artes que se hacen para propio interés y conveniencia; por ejemplo:
Al cuerpo no le basta ser cuerpo, sino que necesita de algo más, algo más como la medicina debido a que el cuerpo es imperfecto y no le basta ser lo que es.
La medicina busca lo conveniente para el cuerpo y no lo conveniente para sí mismo.
Es decir, ningún arte es conveniente para sí mismo, sino que es conveniente para sus objetos a mejorar.


Con esto, Sócrates quiere decir que el arte no está de lado del más fuerte, ni tampoco actúa en conveniencia con él, sino que actúa en conveniencia con el más débil, a quien se aplica el arte.



Así, el argumento de Trasímaco queda refutado, ya que si se sigue este razonamiento, el arte de gobernar no sirve si se aplica a sí mismo ni al más fuerte, sino que se aplica a los gobernados y por lo tanto, el gobernante no puede actuar en conveniencia propia.




                                                                 Capítulo XVI:
                                                            Sócrates-Trasímaco


Trasímaco presenta la defensa de su argumento diciendo que Sócrates es un ingenuo al pensar que el gobernante no piensa en sí mismo, si no en sus gobernados. 

La mayor parte de las veces el gobernado se lleva las obligaciones que el más fuerte le ordena.
Además, Trasímaco argumenta que el pastor no trata bien a sus ovejas en beneficio de ellas porque luego el pastor necesita esas ovejas para alimentarse. En este caso, los pastores si usan el arte de pastorear para sí mismos.
La injusticia beneficia al injusto porque puede extraer grandes riquezas de tales injusticias mientras ejerza el poder, pero el justo siempre será desdichado. La tiranía quita el poder de una sola vez y solo el más fuerte es beneficiado.
Lo justo es lo que interesa al más fuerte y lo injusto es lo que beneficia y conviene a uno mismo.

                                                                      Capítulo XVI:
                                                                 Sócrates-Trasímaco



Al emplear dichos argumentos, Trasímaco quería retirarse de la discusión, pero los demás en la casa de Céfalo no se lo permitieron y le pidieron una explicación a dichas palabras. Sócrates sigue sosteniendo que la justicia no pertenece al interés del más fuerte y continua argumentando.

Para que los gobernados puedan hacer las funciones del gobierno, necesita un salario que lo incentive a hacerlo. Así, el gobernado obtendría un beneficio del ejercicio hecho en el gobierno, el salario.
Hay que distinguir entre dos conceptos: la ganancia y el arte. 
Sócrates trata de delimitar el concepto de arte reduciéndolo como tal, es decir, sin el concepto de ganancia que el pastor podría obtener. Es por esto que el pastor solo se dedica al arte de pastorear.
El arte del pastor es pastorear. 
El arte de obtener el salario es obtenerlo.
Y cada uno tiene su ganancia, pero es preciso diferenciar.
Los gobernados esperan una recompensa del ejercicio hecho en el gobierno el cual sería el salario.
Esto puede hacernos pensar incluso en la biblia. En el libro ''Números'' el pueblo de Israel que caminaba sobre el desierto, estaba cansado e insatisfecho por la comida que estaban recibiendo. Uno de ellos exclamaba que a pesar de haber sido esclavos en Egipto, por lo menos obtenían carne y pescado en sus jornadas de esclavitud.

En este caso, el rey de Egipto bien podía ejercer el mando y esclavizar, pero si no alimentaba a sus esclavos, ellos podrían morir. La carne o el pescado sería el ''salario'' o ''beneficio'' que el gobernado recibe ya sea por una tiranía u otra clase de gobierno.



                                                                    Capítulo XIX:
                                                                Sócrates-Glaucón

Los gobernantes según Sócrates, no se muestran ansiosos ni deseosos por honores, al contrario, estos hombres prefieren ser asistidos por otros hombres, es decir, ser gobernados más que gobernantes. Sin embargo, una pena mayor sería ser gobernado por los más mediocres, pero aún así existe un castigo para quienes se contienen en ejercer cargos elevados (el de gobernante por ejemplo) porque solo tiene que servir a sus gobernados.

Sócrates se propone examinar una nueva interrogante que había planteado Trasímaco.
La vida del injusto es preferible a la del justo.
Sócrates pregunta a Glaucón que piensa de esta aseveración y se designan jueces de modo que los que debatan no se transformen a la vez en jueces y oradores.


                                                                     Capítulo XX:
                                                                Sócrates-Trasímaco


La conversación comienza con la siguiente premisa postulada por Trasímaco:


La injusticia perfecta es más ventajosa que la justicia perfecta.
La injusticia es vicio y la justicia perfecta es virtud.
La injusticia reporta beneficios al hombre mucho más que la justicia, ya sean estos hombres gobernantes, ladrones o salteadores de caminos y más aún si logran pasar inadvertidos. Naturalmente, Sócrates se sorprende ante tales aseveraciones y intenta decirle que la justicia es la que reporta verdaderas ventajas. Sócrates comienza a preguntar y Trasímaco responde:
¿Puede el hombre justo sacar ventaja del hombre injusto? No, debido a su ingenuidad.
¿Podría sacar ventaja de una acción justa? Tampoco por el mismo motivo.
¿Le parecería bien obtener una ventaja del hombre injusto? Sí, pero no sería capaz de lograrlo debido a su ingenuidad.
¿Y el hombre injusto? ¿querrá obtener ventaja del hombre justo y de la acción justa? Por supuesto.


Para hacer un sumario de lo anteriormente dicho, Sócrates dice: el hombre justo no sacará ventaja del hombre justo, sino de quien no lo es. El hombre injusto sacará ventaja tanto del hombre justo como del injusto. Trasímaco afirma positivamente las premisas declaradas por Sócrates. Luego Sócrates comienza con el mismo modelo de diálogos.
El hombre injusto se parece al sabio y el justo no lo parece.
Ésta es la idea fundamental de Trasímaco, pero Sócrates continua y Trasímaco responde:
¿Hay alguien a quien tu llamas músico y a unos que no? Sí.
¿Quien tiene sentido musical, el músico u otra persona? El músico.
¿Llamas bueno a quien es inteligente en ese aspecto (es decir, el músico con respecto a al música) y a quien no lo es le dirías malo? Sí.
Ahora se empieza a establecer la acción.
¿Crees que el músico al tensar la lira quiere sacar ventaja de otro músico? No.
¿Y de quien no es músico? Sí.
¿Crees que el médico al alimentar y dar de beber al paciente saca ventaja de otro médico? No.
¿Y de quien no es médico? Sí.
Sócrates se propone hablar de los hombres quienes son ignorantes y sabios.
¿El hombre que es entendido en palabras querrá obtener ventaja de otro hombre entendido? No.
¿El hombre ignorante querrá sacar ventajas del hombre entendido e ignorante? Sí.
¿Es sabio el hombre con conocimientos? Sí.
¿Y ser sabio es bueno? Sí.
Y entonces Sócrates concluye:
Así como el hombre con conocimientos (o bueno) no quiere aventajar a su semejante (otro hombre bueno), el hombre ignorante (o malo) no solo sacará ventaja de su semejante, sino que también de su opuesto.
Entonces el hombre justo se parece al hombre sabio mientras que el hombre injusto se parece al ignorante.
Como había dicho Sócrates desde un principio, el hombre justo solo saca ventaja del hombre injusto. Y el hombre injusto de los dos. El hombre justo es bueno y el hombre injusto es malo.


                                                                    Capítulo XXII:
                                                               Trasímaco-Sócrates



Trasímaco admite esta conclusión no sin antes decir algo a su favor. Sócrates insta a Trasímaco a que siga estableciendo su parecer y su opinión. Ahora se comienza a analizar lo poderoso de la injusticia.

Sócrates dice que la justicia es mucho más poderosa que la injusticia debido a que la justicia posee saber y la injusticia ignorancia, sin embargo, Sócrates quiere explicarlo de una manera más concreta que la anteriormente establecida.
¿Existe alguna ciudad injusta que esclavice injustamente a otras ciudades? Sí, y si alcanza la perfección en tal injusticia, será la mejor de todas las ciudades.
¿Y la ciudad que ejerza este poder injusto sobre otra, recurrirá a la justicia para retenerla o no? Si es como tu dices, lo hará. Pero si es como he dicho yo, lo hará por medio de la injusticia.


                                                                Capítulo XXIII:
                                                            Sócrates-Trasímaco


La conversación se especifica aún más, en este caso, se reduce a los actos injustos que puede cometer los hombres injustos.


¿Puede ésta ciudad injusta que promueve a su vez injusticia gobernar a través de la injusticia? No.
Si se abstienen de gobernar con injusticia ¿gobernaran mejor? Sí.
Los que gobiernan deben gobernar con justicia debido a que la justicia trae la amista y la concordia, si ellos gobernaran con la injusticia, podrían ocurrir disensiones entre ellos y posteriormente, la separación. Del modo injusto, no podrían gobernar.

De este modo, ya sea entre hombres libres y esclavos, la injusticia no podría reunir a los hombres por un bien común; por lo tanto, por este medio nadie podría llevar a cabo sus empresas.

La injusticia: Trae disensión y no deja que los hombres actúen por un bien común.
La justicia: Trae la concordia y la unión entre los hombres para emprender un bien común.

Ahora se introducirá el tema de las funciones propias de las cosas.
¿Puedes ver sirviéndote de otra cosa que no sean tus ojos? No.
¿Puedes escuchar con algo distinto del oído? No.



                                                                Capítulo XXIV:
                                                            Sócrates-Trasímaco



Sócrates comienza a dar atributos a las funciones de las cosas.
Así como cada órgano tiene su función ¿También tienen una excelencia? Sí.
En el caso de los ojos ¿Podrían cumplir adecuadamente su función si en lugar de virtud los ojos tuvieran vicio? No.


Entonces ¿Los ojos cumplirán bien su labor si están sujetos a la virtud? Sí.
Queda bien establecido que es por medio de la virtud que las funciones de las cosas pueden funcionar.
¿Existe una función propia del alma? Sí, el dirigir, gobernar y deliberar.
¿Y vivir? ¿Es una función propia del alma? Sí.
¿Existe una virtud propia del alma? Sí.
¿El alma cumplirá bien sus funciones cuando está privada de la virtud? No.
Y Aquí se establece otra premisa:
El alma que este gobernada por el vicio, gobernará mal.
El alma que este gobernada por la virtud, gobernará bien.
Por lo tanto:
El hombre justo vivirá bien y será dichoso.
El hombre injusto vivirá mal y será desdichado.
Por esta razón conviene ser más dichoso que desdichado y así, la justicia es más conveniente que la injusticia.

                                  Análisis y conclusión.

En este primer libro encontramos uno de los típicos diálogos que se hacían en la antigua Grecia entre intelectuales. En los primeros capítulos vemos una discusión sobre la ancianidad en donde le doy toda la razón a Céfalo, este dice que las personas al envejecer empiezan a quejarse de mil males, esto se atribuye a el no haber hecho nada en la vida mas que sobrevivir, también algunos empiezan a temer debido a la creencia del Hades, temen que las acciones del pasado sean castigadas en la otra vida.

A pesar de ser un libro muy antiguo, rescata los elementos esenciales de la justicia y la injusticia, quizás, estos podrían ser los más remotos escritos que hablen sobre justicia en una manera filosófica. Trasímaco finalmente acepta el planteamiento de Sócrates quien de una manera muy inteligente, logra convencer a este aferrado defensor de la injusticia; sin embargo, el debate no termina aquí. Más adelante se volverá al tema de la justicia desde otra perspectiva; hasta el momento, quedémonos con que la justicia es lo bueno y es lo que conviene. 

Esta idea es muy acertada por parte Sócrates mas sin embargo es una simple idea, a la hora de la verdad el injusto, aquel que solo vela por sus intereses es el que triunfa, y en un mundo de gente malvada que ama ser buena teniendo como definición del ben todo aquello que merece y del mal todo aquello que le perjudica, el mundo de gente justa queda en simple teoría.

Para corromper a un individuo basta con enseñarle a llamar «derechos» a sus anhelos personales y «abusos» a los derechos de los demás. 
                                                                                                                                                          G. K. Chesterton.

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