lunes, 18 de julio de 2022

Historia de Nicaragua.

Esta sección del blog es para hablar exclusivamente acerca  de la historia de Nicaragua, desde su independencia hasta los acontecimientos más recientes de la trayectoria de esta nación centroamericana.

 

Nicaragua es un país de América Central ubicado entre el océano Pacífico y el mar Caribe, conocido por su espectacular territorio con lagos, volcanes y playas. Su capital es la ciudad de Managua, aunque anteriormente era León. Está compuesta por quince departamentos y dos regiones autónomas: Costa Caribe Norte y Costa Caribe Sur. Se ubica en el hemisferio norte, entre la línea ecuatorial y el trópico de Cáncer, aproximadamente entre los 11° y los 15° de latitud Norte y respecto al meridiano de Greenwich, entre los 83° y los 88° de longitud Oeste.

 


El 12 de Septiembre de 1502 fue el día en el que el descubridor italiano Cristóbal Colón piso por primera vez la tierra nicaragüense, en honor a esa fecha cada año se celebra el descubrimiento de Nicaragua. Sin embargo esta fue fundada en 1523 por el conquistador español Francisco Hernández de Córdoba que a la vez, fundo la ciudad de Granada y la de León. En su honor la moneda de Nicaragua lleva su apellido.



 

 La historia de Nicaragua ha estado marcada de constantes guerras, incesantes pendencias por poder, intervenciones extranjeras y disputas territoriales. Si quieres conocer cada acontecimiento histórico relevante de la esta nación centroamericana esta sección es para ti, en donde se abordaran períodos como los 35 años conservadores, la guerra nacional, la batalla de namacigüe, la guerra constitucional, la revolución liberal, la revolución sandinista, la dictadura de Somoza, los 10 años de gobierno sandinista, los 17 años de gobierno neoliberal y los acontecimientos más recientes de la historia del país.

A continuación te dejo enlaces del blog que hablan sobre períodos históricos de Nicaragua:

Los 35 años de gobierno conservador.

sábado, 22 de enero de 2022

Análisis del libro las 48 leyes del poder.




El libro las 48 leyes del poder fue escrito por el autor norteamericano Robert Greene en 1998, este contiene 48 capítulos, uno dedicado a cada ley, y cada ley posee su propia transgresión, observación y regresión, es una especie de guía diseñada para mostrarle al lector cuáles son las cualidades personales que se deben de tener para alcanzar el poder y mantenerlo. 

El poder es algo fascinante, no solo el poder en si, si no también la filosofía del poderoso, y es que por definición, el poder es la capacidad de un individuo de influir en otros, ya sea por influencia, dinero o estatus. Y es que en general la sensación de no tener poder sobre la gente y los acontecimientos es insoportable para la mayoría de personas, nos fascina tener control sobre todo y que las cosas se hagan a nuestra manera. Nadie quiere menos poder o el poder justo, todos ansían mas y a medida que se obtiene empiezan los delirios de grandeza mejor conocido como ego. Pero no podemos decir lo muchos que queremos el poder en nuestra sociedad debido a que puede resultar peligroso, por tanto Debemos mostrarnos decentes y equitativos. De modo que tenemos que ser muy sutiles, agradables y simpáticos y, al mismo tiempo, arteros, democráticos pero engañosos.

Este juego de constante duplicidad se parece muchísimo a las dinámicas del poder que existían en el maquinador mundo de las antiguas cortes aristocráticas. A lo largo de la historia, las cortes siempre fueron formándose alrededor de la persona que ejercía el poder: un rey, una reina, un emperador o un líder. Los cortesanos que componían esa corte se encontraban en una posición particularmente delicada: tenían que servir a sus amos pero, si se mostraban demasiado aduladores y cortejaban con demasiada obviedad, los otros integrantes de la corte se volvían contra ellos. Por lo tanto, los intentos de ganar el favor del amo debían ser muy sutiles. E incluso los más hábiles cortesanos, capaces de tales sutilezas, debían protegerse de sus pares que intrigaban para desplazarlos.

       La aristocracia hace referencia originalmente a un sistema político sugerido por Platón y Aristóteles encabezado por la                            gente que sobresale por su sabiduría intelectual, por su elevada virtud y por su experiencia del mundo.



Entretanto, se suponía que la corte representaba la cumbre de la civilización y del refinamiento. Se desaprobaba cualquier actitud violenta o abierta que promoviera el poder, los cortesanos trabajaban de manera silenciosa y secreta contra cualquiera que recurriese a la fuerza. El gran dilema del cortesano siempre fue el de mostrarse como el paradigma mismo de la elegancia y, al mismo tiempo, burlar a sus adversarios y desbaratar los planes de estos de la forma más sutil y disimulada posible. El cortesano exitoso aprendía, con el tiempo, a realizar todos sus movimientos de forma indirecta, si le clavaba un puñal por la espalda a su contrincante, lo hacía con guantes de terciopelo y con la más afable de las sonrisas. En lugar de recurrir a la coerción o a la franca traición, el cortesano perfecto lograba sus objetivos a través de la seducción, el encanto, el engaño y las estrategias más sutiles, planificando siempre sus movimientos por adelantado. La vida en la corte era un juego permanente, que exigía vigilancia constante y agudo pensamiento táctico. Era una guerra civilizada.

Hoy en día encontramos una paradoja similar a la del cortesano del Renacimiento: todo debe aparecer civilizado, decente, democrático y logrado a través del juego limpio. Pero si nos atenemos en forma excesivamente estricta a estas pautas, si las tomamos demasiado al pie de la letra, seremos aplastados por aquellos, de entre quienes nos rodean, que son menos ingenuos que nosotros. 

Como dijo el gran diplomático y cortesano del Renacimiento, Nicolás Maquiavelo: «Todo hombre que intente ser bueno todo el tiempo terminará arruinado entre la gran cantidad de hombres que no lo son». La corte se consideraba el pináculo del refinamiento, pero debajo de esa brillante superficie hervía un caldero de oscuras emociones: ambición, envidia, deseo, odio. También nuestro mundo actual se considera el pináculo de la equidad y la justicia, pero son las mismas oscuras emociones de siempre las que laten dentro de cada individuo. El juego es el mismo. Por fuera hay que simular respeto y cortesía, mientras que por dentro —salvo que usted sea un necio— deberá aprender rápidamente a ser prudente y seguir el consejo de Napoleón: «Cubre tu mano de hierro con un guante de terciopelo». Si, al igual que el cortesano de otros tiempos, usted logra dominar el arte del juego indirecto, aprendiendo a seducir, encantar, engañar y maniobrar sutilmente a sus adversarios, accederá al pináculo del poder. Logrará que la gente se doblegue a su voluntad, sin darse cuenta de sus maniobras, y, al no darse cuenta, tampoco le opondrán resistencia ni alimentarán resentimiento contra usted.

Para algunas personas, la idea de jugar conscientemente el juego del poder es malvada, antisocial o un recordatorio del pasado. Piensan que pueden salirse del juego comportándose de maneras que no tiene nada que ver con el poder. Hay que tener cuidado con esta gente porque,Aunque manifiestan estas creencias por fuera, tienden a hacerlo por dentro tienden a ser los mas adictos al juego del poder, estos individuos a menudo muestran su debilidad y falta de fuerza, como si esto fuese una virtud moral. Pero quienes de veras carecen de poder no muestran su debilidad con el fin de ganar simpatía o respeto.

Otra estrategia del individuo que, supuestamente, no se dedica a buscar con afán el poder consiste en exigir la igualdad en todas las áreas de la vida. Según esas personas, todos debieran recibir el mismo trato, sea cual fuere su posición y su fuerza. Pero si, para evitar el tinte con que suele marcar el poder, se intenta tratar a todos por igual, de modo equitativo, se comprueba que existen personas que hacen determinadas cosas mejor que los demás. Tratar a todos por igual equivale a ignorar sus diferencias, y por ende elevar al menos capaz y rebajar a quienes se destacan. Ejemplo de esto son las revoluciones comunistas o en contra de la nobleza, las cuales tienen nacen de partidarios de la igualdad pero una vez la revolución triunfa y se alcanza el poder, los lideres priorizan crear fortunas y ser sumamente irracionales y monomaniacos en sus decisiones como tal fue el caso de los jemeres rojos en Cambodia.


Si el mundo es como una gigantesca corte intrigante y manipuladora en la cual nos hallamos todos atrapados, no tiene sentido alguno tratar de eludir el juego. Esto solo nos privará del poder, y la impotencia nos hará sentir más desgraciados. En lugar de luchar contra lo inevitable, en lugar de argumentar, gemir y sentirse culpable, es mucho mejor destacarse en el juego del poder. La verdad es que, cuanto mejor sepa manejar el poder, tanto mejor será como amigo, amante, pareja y persona. Al seguir el camino del cortesano perfecto aprenderá a hacer sentir bien a los demás y se convertirá en una fuente de placer para ellos, que pasarán a depender de sus habilidades y ansiarán su presencia. Dominar las 48 leyes que se presentan en este libro les ahorrará a los demás el dolor que genera el mal uso del poder, que es como jugar con fuego sin conocer sus propiedades. Si el juego del poder es ineludible, es mejor ser un artista que un burdo principiante o un negador.

Aprender este juego exige adecuarse a una cierta forma de ver el mundo, a un cambio de perspectiva. Requiere esfuerzos y años de práctica, ya que las aptitudes necesarias no aparecen en forma espontánea. Se necesita dominar ciertas habilidades básicas, y solo cuando las haya dominado, se hallará en condiciones de aplicar con mayor facilidad las leyes que gobiernan el logro del poder. La más importante de esas habilidades, y la piedra fundamental del poder, es la capacidad de dominar sus emociones. Las respuestas emocionales suelen ser la mayor y principal barrera que lo separa del poder, un error que le costará mucho más que cualquier satisfacción temporaria que pueda producirle la expresión de sus sentimientos en un momento dado. Las emociones nublan la razón y, si no es capaz de ver la situación con claridad, no podrá prepararse para ella ni responder con un cierto grado de control.

En esta sección del blog analizaremos cada ley del mostrada en este libro y la enriqueceremos con mas acontecimientos históricos que estén relacionados con cada ley y citas de otros autores.



No es en absoluto extraño que los corderos detesten a las aves de rapiña, pero esto no es motivo para condenar a las grandes aves de rapiña porque roban corderos. Y cuando los corderos murmuran entre ellos: «Estas aves de rapiña son malvadas, ¿acaso esto no nos da derecho a decir que todo aquello que sea lo opuesto de un ave de rapiña tiene, por fuerza, que ser bueno?», no hay nada intrínsecamente erróneo en semejante argumento, a pesar de que las aves de rapiña se mostrarán, en cierto grado sorprendidas y dirán: «No tenemos absolutamente nada en contra de esos buenos corderos, todo lo contrario: la verdad es que los adoramos; nada más sabroso que un cordero bien tierno».

                                                                                    FRIEDRICH NIETZSCHE, 1844-1900

miércoles, 18 de agosto de 2021

Bienvenidos a mi vlog.

Este es un vlog de ciencia y filosofía que tiene como objetivo enseñarte un poco de doctrinas filosóficas, avances científicos, personajes históricos y sus contribuciones al mundo y adentrarte al razonamiento critico y al pensamiento con frases que te harán cuestionar tu vida.